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Traumatismos Oculares
Los traumatismos oculares pueden estar provocados por múltiples causas, desde golpes y contusiones con objetos romos a alta velocidad a perforaciones causadas por objetos perforantes o a causticaciones por productos químicos. Los tratamientos irán, según el tipo de traumatismo, desde gotas antibióticas hasta a complejas intervenciones quirúrgicas.
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Tenemos dos tipos de traumatismos: el traumatismo ocular cerrado y el traumatismo ocular abierto.
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Es fundamental que cualquier paciente frente a un traumatismo ocular acuda de urgencia con el oftalmólogo, que le realizará una exploración completa, desde la agudeza visual, la presión del ojo, y el fondo del mismo bajo dilatación.
Lo que hay que saber...
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Los traumatismos oculares pueden ser cerrados (causados por un golpe o contusión de un objeto romo) o abiertos (causados por un objeto perforante). También pueden estar provocados por el contacto del ojo con productos químicos.
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Las contusiones pueden provocar cataratas, glaucoma, inflamaciones, hemorragias y desgarros o roturas de la retina o la coroides. En hasta un 5% de los casos, una contusión ocular puede derivar en un desprendimiento de retina.
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En el caso de las perforaciones, hay riesgo de infección ya que puede quedar algún cuerpo extraño en el ojo, y suele haber un peor pronóstico. En los casos más graves la integridad del globo ocular puede correr peligro.
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Los tratamientos son variados y van desde el uso de colirios en el caso de pequeñas erosiones corneales, a complejas operaciones quirúrgicas en el caso de perforaciones oculares más graves.
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Las causas más habituales son accidentes laborales, accidentes domésticos (hasta el 50%), accidentes de tráfico, agresiones y accidentes en la práctica de deportes.